Loco (Concholepas concholepas, Brugière 1789)
El loco es un molusco que habita exclusivamente en Perú y Chile (desde las Islas Lobos afuera hasta el Estrecho de Magallanes). También lo encontramos en el Archipiélago de Juan Fernández.
El nombre común con el cual le conocemos, viene del mapudungun: Loko. En Perú se le conoce como Chanque o tolina y cronistas españoles como el Padre Diego de Rosales cuentan que en Chile también le llamaban Pata de Burro.
El loco habita desde el intermareal rocoso, cuando es un pequeño juvenil, hasta aproximadamente los 40 m en el caso de los adultos.
Es un activo cazador y entre sus presas preferidas se encuentran almejas, picorocos, mitílidos y tunicados. Además puede ser carroñero. Tiene sexos separados y los machos se diferencian de las hembras por la presencia del pene, ubicado sobre la base del tentáculo cefálico derecho. Posee fecundación interna y la hembra coloca cápsulas que pueden tener hasta 15.000 huevos.
Dentro se desarrollan las larvas, que emergen después de tres meses, como larva veliger. La larva vive formando parte del plancton por tres meses, tras lo cual se asientan sobre el fondo rocoso del intermareal o submareal somero, donde metamorfosean.
El loco siempre ha sido una especie muy importante en nuestra alimentación. Consumido por los primeros habitantes de nuestras costas (10.000 años AP), también algunos de sus órganos han sido empleados para extraer el colorante Púrpura de Tiro.
Las capturas tuvieron un súbito aumento a mediados de la década de 1970, llevando a una sobreexplotación que hizo temer por el futuro de la especie. La explotación excesiva del loco generó una verdadera “guerra” por su extracción en el sur de Chile y finalmente hubo que dictar una veda total, época en la cual la extracción ilegal fue muy intensa. Esta situación ayudó a que se crearán las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos, donde pescadores artesanales, científicos y técnicos administran en conjunto recursos como el loco.
En Quintay se realizaron parte de las primeras experiencias conjuntas entre científicos y pescadores que sirvieron para crear las Áreas de Manejo y UNAB a través de CIMARQ y sus investigadores ha trabajado desde su creación con los pescadores de esta caleta, para seguir protegiendo al loco y otras especies.
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