Langosta de Juan Fernández (Jasus frontalis, Milne Edwards 1837)
La langosta de Juan Fernández es un crustáceo que habita exclusivamente en el archipiélago del mismo nombre (islas Alejandro Selkirk, Robinson Crusoe y Santa Clara) y en las Islas Desventuradas (Islas San Félix y San Ambrosio).
Vive en ambientes rocosos y con arena en profundidades que van de 2 a 200 metros. Su tamaño máximo es de 48 cm en machos y 46 cm en hembras, con tamaños de caparazón de 22 y 19 cm respectivamente.
Existe migración a aguas más profundas al final de septiembre, aunque siempre se encuentran individuos cercanos a la costa. Regresan a las aguas menos profundas en enero.
Tienen una variada alimentación que incluye desde algas hasta carroña, moluscos y otros crustáceos de diferentes tamaños. Tiene sexos separados. Machos y hembras se distinguen por el tamaño de los pleópodos, la presencia de una pequeña pseudoquela en el quinto par de patas de las hembras y por la posición diferenciada de los poros genitales.
El apareamiento ocurre tras la muda de las hembras, usualmente entre los meses de abril a junio. Las hembras portan los huevos en su abdomen y pueden tener entre 61.000 a 524.000. Tras un periodo de incubación de 4 a 6 meses, eclosiona una larva llamada Naupliosoma que pasa por una serie de estados larvales, cuya duración es desconocida, antes de ser un juvenil.
Se pesca desde el siglo XVIII, siendo capturada con trampas. Su desembarque disminuyó dramáticamente desde la década de 1960, para recuperarse en los últimos años. En enero de 2015 la pesquería con trampas de la Langosta de Juan Fernández fue certificada por el Marine Stewardship Council, como ambientalmente sostenible.
La Universidad Andrés Bello investigó y desarrolló la tecnología para el transporte vivo de esta especie a mercados lejanos, donde alcanza atractivos precios.